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Elije el color de los alimentos, para estimular la curación

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Especialista en nutrición antroposófica, dirige el Centro de Salud Vital Zuhaizpe y nos explica la importancia de las energías sutiles de los alimentos a través del color.
Hablamos con el Dr. Karmelo Bizkarra de las energías sutiles de los alimentos, básicas para mantener el equilibrio y la salud pero aún muy desconocidas y sobre el arte de curar con la medicina y nutrición antropológicas. Al Centro de Salud Vital Zuhaizpe, del que es director médico, no solo llegan personas que desean recuperar la salud sino también quienes necesitan un cambio vital. Allí, Karmelo Bizkarra y su equipo les proponen un programa de salud personalizado en el que la alimentación es esencial.

¿Aportan algo los alimentos de lo que no seamos conscientes?

En la forma y el color de los alimentos hay energías sutiles que extraemos al ingerirlos. Siempre recomiendo comer forma y, sobre todo, color. En los pigmentos de los alimentos están los antioxidantes. La forma también es importante. Por ejemplo, la calabaza tiene más masa que forma; en cambio, una nuez tiene mucha forma y poca masa, es menos expansiva, más mineral.

¿Qué indica la forma de los alimentos sobre su potencial de salud?

No es lo mismo una forma como la de la coliflor, que se expande, a la del sésamo, casi sin masa, más contraído y mineralizado. La calabaza tiene mucha agua y capacidad de crecimiento. Esa capacidad, al incorporarla en nosotros, ayuda al cuerpo etérico, también llamado cuerpo energético o vital. Deja un impronta diferente a la de una semilla pequeña.

¿Y cuándo se recomienda un alimento con una forma u otra distinta?

En medicina antroposófica se recomienda que en las comidas haya verdura de raíz, tallos y hojas, y flores y frutos. Porque cada parte de la planta actúa sobre zonas diferentes del organismo.

En cuanto a los colores, ¿qué hace que ayuden a mantener la salud?

La recomendación sería comer todos los colores del arcoíris. Introducir la gama de los rojos, que es más física, y la de azules y violetas, lo más etéreo y sutil. Si hay problemas digestivos, los médicos brasileños recomiendan papaya, que es naranja. Nosotros usamos mucho la zanahoria y la calabaza, por no tener mucha fibra dura y ser más fáciles de digerir.
Trucos para que los alimentos no pierdan el color al cocinarlos
Uno de los problemas que presentan las verduras cuando se cocinan suele ser que pierden un aspecto que resulta muy apetecible: el color. Esto sucede por diversas causas. Una de ellas es la oxidación, que sucede cuando ya no tienen su capa protectora o piel y entran en contacto con el aire; lo identificas porque empiezan a ennegrecerse. Otro de los factores es la sobrecocción. Cuando una verdura se cocina durante un largo tiempo, pierde su color natural, sobre todo aquellas que son verdes y que terminan siendo marrones. Color y calor no suelen llevarse muy bien, pero para eso existe un truco. Para evitar la oxidación natural de las verduras, introdúcelas peladas en un tazón con agua y limón; también puedes sustituir el limón por perejil fresco. Otra solución consiste en que lleves el agua de cocción a ebullición y cuezas las verduras. Una vez cocidas, pásalas a un tazón con agua y hielo para detener la cocción y evitar que siga cociéndose. De este modo tendrás unas verduras con un bonito y apetecible color verde.

Según Rudolf Steiner, los vegetales poseen campos energéticos en espiral que nos ayudan en la curación…

La col romanesco, por ejemplo, refleja esos campos en espiral. Algo que decía Steiner cuando dio forma a la agricultura biodinámica es que la parte inferior de las plantas, las raíces, están en contacto con la tierra y recogen lo mineral; el tronco tiene que ver con el influjo y recorrido del agua y la savia; la hoja, con la luz y el aire; y el fruto, con el calor. Tenemos ahí los cuatro elementos de la naturaleza. Llegará un día en que aplicaremos la luz del alimento a cada enfermedad o a cada persona según su carácter.
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¿Comer vegetales es comer luz?

Cuando cojo un trozo de leña y le doy fuego es como si estuviera desprendiendo todo el fuego solar que ha recogido en el árbol. Al comer alimentos debo darme cuenta de que, en definitiva, es lo solar. Las plantas están atadas a la tierra por sus raíces, pero su crecimiento es la búsqueda del calor y la luz del Sol.

¿Cómo influyen los astros en los vegetales? ¿Su contenido cambia según la fase astral de la cosecha?

Sí, totalmente. En la agricultura biodinámica hay momentos de plantar raíces o de sembrar o de recoger… En luna llena, el agua de la tierra sube hacia el árbol, hacia la savia, y en mengua esa agua va otra vez hacia la tierra. Es como una gran respiración. La planta inspira en el cuarto creciente y espira en el cuarto menguante.

¿Cuáles son los «alimentos con vida», capaces de regenerarnos?

Los vegetales: frutas, verduras, frutos secos, cereales integrales, cierta cantidad de legumbres… teniendo en cuenta que en principio lo crudo debe abundar. Los alimentos sanos deben tener mucha agua, porque el 70% del cuerpo es agua. Y frutas y ensaladas son los que más tienen.

¿Qué cambios se pueden hacer para estimular la curación?

Comer color, y este se concentra en frutas y verduras. No lo hay casi en la carne ni el pescado. Por otro lado, cuando un alimento se cuece pierde color. Si comemos crudos –sería mi segunda recomendación–, sí incorporaremos esos pigmentos antioxidantes. En tercer lugar, comer consciente, darse tiempo, apagar la televisión, desconectar el teléfono… Con eso las energías sutiles de los alimentos te entran directamente por la boca.


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